Matrimonios a Prueba de Fuego

Matrimonios a Prueba de Fuego
Martes 19 Horas - 506 e/ 17 y 18 Gonnet

domingo, 23 de agosto de 2009

“Ejercitando la Fe que vence”

Pasaje Bíblico: Isaías 35:4.


Todos tenemos alguna historia triste que queremos borrar de nuestras vidas.
(Génesis 29: 7 – 30)

En este pasaje vemos que Jacob ya es un solterón, y no esta en la edad de merecer, sino lo que haya o lo que venga. Aproximadamente estaría bordeando los 30 a 35 años, y viendo el relato bíblico nos damos cuenta que hay una piedra que nadie puede remover a la cual el no le da importancia. Pero cuando ve a Raquel venir, se enamora perdidamente de ella. Ella era una especie de “Miss Génesis” o “Mis Israel” y Jacob siente lo que se llama: Amor a primera vista. El se enamora a tal punto que toma fuerza y corre esta piedra de donde brota el agua para que las ovejas beban. Hizo lo que todo aquel que esta enamorado alguna vez ha hecho para impresionar a otra persona (Presumir – querer sorprender), en este caso a Raquel. A tal punto que en el versículo 11 dice que la besa y luego de ese beso, Jacob lloró.

Jacob se enamoro hasta la médula y siente la necesidad de conocer a su familia. Y acude a donde su futuro suegro “Labán” quien salió a recibirlo y lo llevo a su casa. Jacob pasó un mes en este lugar y ayudaba, y Labán viendo, esto le dice que algo le va a tener que pagar, no quiere que le trabaje de balde. En ese momento Jacob se siente confrontado y siente que tiene que decirle a Labán que se enamoró de su hija Raquel y le pregunta que puede hacer para casarse con su hija Raquel. Ahora tomemos en cuenta que se ofrece trabajar siete años por ella, y Labán estuvo de acuerdo. Para Jacob estos siete años no le asustaron, dice la Biblia que para el fueron como días. A Jacob no le asusto orar por su amada 7 años y esperarla en silencio, y durante este tiempo el iba a hacer cualquier cosa para estar cerca de ella. Tan enamorado que haría cualquier cosa así como cuando nos enamoramos por primera vez de Dios y le decimos “Señor hago cualquier cosa por vos” espero lo que sea por vos, porque estoy enamorado, renuncio a lo que sea!!!

Pero la Biblia dice que Raquel tenía una hermana llamada Lea, de la cual la Biblia no da más que un detalle, dice que “tenía ojos delicados”. Ahora, cuando solo se da un detalle de una persona es porque el resto no merece ser mencionado, y podríamos decir que Lea era la de mal aliento, la de aparatos en los dientes, no tenía cintura, tenía varices, celulitis, Lea tenía caspa, no tiene nada que ver con su hermana, de la cual se dice que era de lindo semblante y hermoso parecer. Lea es la hermana mayor de Raquel. Lea no sueña con príncipes azules, no tiene posibilidades.
Ahora Jacob trabajo siete años mirando de lejos a Raquel, soñando con ella, siete años recordando el único beso que le dio aquella vez que removió la piedra.

Pasan siete años y Jacob se presenta a Labán para reclamarle lo que éste le había prometido. Por supuesto le dice Labán, se preparó una gran fiesta de casamiento. La novia está cubierta con un velo, a penas se le ven los ojos, hermosos ojos, cubierta por un velo de misterio, el corazón de Jacob late muy fuerte.

Se casan, bailan juntos, la pasan de lujo y se van a la noche de bodas y a la mañana siguiente al despertarse he aquí que era Lea!!

Muchos de nosotros cuando abrimos los ojos en alguna situación puntual, nos damos cuenta que hemos dormido con la más fea. A muchos de nosotros nos tocó bailar con la REALIDAD, cuando el sueño que teníamos era más hermoso. Jacob no quiere esa realidad, él amaneció con una mujer que no era la que él amaba; esto nos es lo que le pedí a Dios!! (¿Les suena conocido?)
Muchos de nosotros soñamos con eso que también era el sueño de Dios, pero que por alguna razón lo que ahora estamos viviendo no se parece en nada a ese sueño, a lo que le pedimos a Dios. ¡Esto no es por lo que yo estuve orando tanto tiempo! Nosotros pedimos una Raquel y Dios tenía una Lea. Y nos contrariamos, nos enojamos, reclamamos, renegamos!!!

A veces decimos: “Señor yo confío en ese sueño que me diste, se que vas a abrir puertas” y pasa el tiempo y estamos terminando el año y nos damos cuenta que todavía estamos bailando con la más fea y nos enojamos porque cuando abrimos los ojos, no es lo que le pedimos al Señor.
Jacob se enojo y va a enfrentar a Labán y éste le explica que según la Ley, primero se tenía que casar con la mayor, o sea que aún no podía darle a Raquel. Jacob no había leído la letra chica del contrato. De tan enamorado que estaba Jacob, no leyó la letra chica. Muchas veces a nosotros nos pasa eso, decimos “Señor yo te quiero servir donde sea” y olvidamos leer la letra chica del contrato, y que significa esto: que vamos a tener que ESPERAR, significa que va a haber momentos que NO SON TAN ALEGRES, como cuando lo veíamos de afuera, momentos de CRISIS, donde nos va a costar horrores orar, donde nos va a costar horrores buscar a Dios. Eso no significa que somos más o menos espirituales o más o menos hijos de Dios.

Hay un momento en que nos encontramos desafiando Baáles (como Elías) y nos comemos el Mundo. Pero hay otros momentos donde no nos sentimos tan fuertes, nos sentimos que esto que estamos viviendo no es ese ideal que Dios nos prometió y pensamos ¿En qué me equivoqué? ¿Hice algo incorrecto? A lo mejor un error, una equivocación. Pero no, no es una equivocación, Dios dice “Antes de que yo cumpla tu SUEÑO, debes casarte con tu REALIDAD, uno no puede casarse con el SUEÑO y divorciarse de la REALIDAD.

La mayoría de las veces pensamos que este tiempo no sirve y maldecimos esta realidad, nos da bronca, queremos ir directamente al sueño, sin escalas. Ahora, ¿Cuál es tu realidad? Dios dice que quiere bendecirte en tu familia, tu matrimonio, con tus hijos, tus finanzas, pero a lo mejor tu realidad ahora es que apenas llegás a fin de mes, tu familia es un desastre y decimos ¿Por qué Dios pasa esto? NADA es tu realidad. Dios permite que veas tu realidad por que el que no ve se realidad no puede ver su Sueño. Dios no nos puede decir ignora tu realidad que yo te llevare a niveles superiores. Dios dice “Yo quiero que bendigas tu realidad aunque tengas mil problemas.”
Bendecí tu realidad como Jacob derramó aceite sobre una piedra (Génesis 28:18)

Bendecir la piedra con aceite es tan ridículo como bendecir la casa que alquilas aunque tu sueño es comprar; como bendecir ese trabajo donde no te pagan bien. No es lo ideal pero lo bendigo por que es lo que tengo, doy gracias a Dios por lo que tengo hoy.

Labán, le dice a Jacob “Yo te voy a dar a Raquel” trabaja siete años más. Él le dio a Raquel pero tuvo que trabajar siete años más y como Jacob muchas veces decimos “Señor estoy cansado” “otra vez lo mismo” y El Padre te dice “Quédate conmigo, permanece, ejercita la fe que vence, permanece conmigo, no hay otra opción” El Padre tiene a tu Raquel.

Hasta acá vemos que Dios no intervino, pero la Biblia dice que Jacob amaba a Raquel y menospreciaba a Lea, Dios viendo esto le cierra el vientre a Raquel y no permite que tenga hijos, la hace estéril, una afrenta, una vergüenza para la época.


A Dios no le gustó que Jacob subestimara a Lea. No subestimes tu realidad, no te aferres a un sueño y subestimes lo que Dios también te dio.
¡Pero no puede ser que Dios me haya dado esto! Pero Dios te dice “Si vos no tenés frutos con tu realidad, menos vas a tener frutos con tu sueño.” Si vos no permaneces en tu fe, no vas a tener tu sueño.

Viene Lea a hablar con Jacob y le dice que en medio de tanta fealdad, hay un embarazo. Ahí Jacob recién entiende el Propósito de Dios. No subestimes a Lea porque de ella nacerán seis de las doce tribus de Israel. La mitad de las tribus de Israel. El 50% de tu éxito será de tus momentos agónicos, de tus momentos difíciles. El 50% de todo lo bueno que te va a pasar, va a ser producto de esos momentos en que no entendías lo que estaba pasando.

Dios procrea vida en medio de la subestimación, de Lea nacerán seis tribus de Israel, de Lea nacerá un hombre conforme al corazón de Dios, un hombre que tocaba la música y con una pequeña onda derribó un gigante que desafió al pueblo de Israel, el rey David, y por sobre todas las cosas, de Lea generaciones más adelante nacería el Rey de Reyes y Señor de Señores, nuestro Señor Jesús.

Hay momentos que parecen amargos, momentos de espera, momentos en que nos ponemos nerviosos y nos parece que nada suma. Pero Dios te dice esta realidad que hoy estás viviendo, no la rechaces, porque va a llevarte mucho más lejos, a tu SUEÑO.

Algo nuevo va a salir de esas lágrimas, algo nuevo va a salir de este dolor, algo nuevo va a salir de este tiempo de incertidumbre, de espera, de angustia. Se está gestando una bendición tan grande!! Dios transformará tu realidad en bendición, Él te dice: abro puertas, te bendigo. Así como Dios le prometió a Oseas qué él haría un camino donde parecía no haber ninguno Oseas 2:15 “Y le daré sus viñas desde allí y el valle de arcos por puerta de esperanza” (Este valle de arcor, representa un lugar muy significativo, ya que en ese lugar Dios quita las bendiciones a la nación por el pecado de Acán.)

Voy a cambiar tu maldición en bendición a Oseas, ya que su esposa era una prostituta adoradora de dioses paganos. Esta mujer que parece ser tanto problema para él, se convertirá en bendición.

A nadie le gusta esperar, no es lindo pasar por momentos de crisis, pero Dios nos pide que confiemos, que ejercitemos nuestra fe, que lo que viene nos va a sorprender, solo te pide: “Quédate conmigo”, permanece, también nos dice que cuando estemos con nuestra Raquel, miremos hacia atrás y agradezcamos por Lea que nos dio los frutos, que nos ayudó a crecer, nos sirvió para fortalecernos.

¿Cuántos esperan su Raquel? ¿Cuántos esperan por su Sueño?
¡Bendeciremos a nuestra Lea!


Por María Alcira Barbieri de Vega
celulacalle64@gmail.com

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