Matrimonios a Prueba de Fuego

Matrimonios a Prueba de Fuego
Martes 19 Horas - 506 e/ 17 y 18 Gonnet

viernes, 26 de febrero de 2010

Las Tristezas son el Viento de Dios

"De cierto , de cierto os digo, que lloraréis y lamentaréis..., pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo."
Juan 16: 20.
Los infortunios son muy precisos para derrocharlos. El gran hombre de la pasada generación, Alejandro Mac Laren de Manchester, tenía la costumbre de sacar a relucir esta verdad olvidada. Recordaba al Pueblo de Dios que si se lo permitiamos, las penas "nos empujarian hacia su pecho, de la misma manera que el ciclón obliga al hombre a acudir a un refugio adecuado, estoy seguro que hay muchos que pueden atestiguar con gratitud que fueron llevados más cerca de Dios por un momento agudo de dolor y no por los largos días de prosperidad. No desperdicies tus pesares. Cuida que no estropeen tu vida, los preciosos dones del desengaño, el dolor, la pérdida, la soledad, la mala salud y aflicciones semejantes, sino que la compongan. Cuida que estos sinsabores te conduzcan más cerca de Dios y que no te alejen de Él."
Las tristezas son el viento de Dios, su viento en contra. A veces son fuertes como ciclones. Son los huracanes de Dios. Toman la vida del hombre y la levantan hasta los niveles más altos, hacia los cielos de Dios. Algunas vez has experimentado aquellos días de verano cuando la atmósfera parece tan pesada. Apenas se puede respirar. Es insoportable. Pero luego aparece una nube en el horizonte; crece más y más y lanza su bendición sobre la tierra. Estalla la Tormenta, los rayos recorren en cielo y los truenos retumban. La tormenta lo cubrió todo e inmediatamente la atmósfera se limpió. Ya hay nueva vida en el aire y el mundo parece cambiado. La vida humana está hecha conforme a este mismo principio: cuando estalla la tormenta, la atmósfera cambia, se aclara, se llena con nueva vida y una parte de los cielos baja hasta nosotros.
Familia Vega Barbieri
Misión Norte - Célula Calle 64

jueves, 25 de febrero de 2010

Mira tu Vida por las Perdidas, no por las Ganancias...

El verano pasado cierto Señor tenía una macizo de asteres que se extendieron profusamente por su granja en el campo. Florecieron alegremente. Aún cuando habían sido plantadas con retraso. En partes había flores recien abiertas, mientras en otras ya habían caído las semillas. llegaron las primeras heladas y este hombre descubrío que la larga línea de radiante belleza se había marchitado. Habían muerto. Y se despidió de ellas.
No le agradó ir a mirar el macizo, pues le daba impresión y parecía un cementerio de flores. Pero luego de cuatro semanas uno de sus trabajadores le mostro una larga línea de ese macizo donde estaban saliendo asteres en la mayor abundancia. Este hombre miró y se dió cuenta que, por cada planta que el invierno había destruido, habían cincuenta que volvían a nacer.
¿Que habían conseguido aquellas heladas y vientos impetuosos?
Alcanzaron sus flores, las cortaron, las echaron por tierra, las pisaron con el pie nevado del invierno y dijeron al abandonar su obra: "Este es su fin." Y en la primavera, por cada raíz se levantaron cincuenta testigos que dicen: "Por la muerte llegamos a la vida."
Y como ocurre con la familia de las flores, ocurre en el Reino de Dios. Por la muerte llega la Vida Eterna. Por la crucificción y el sepulcro llegamos al trono y al palacio del Dios Eterno. Por medio de la muerte llego la Victoria.
No le tengas miedo al sufrimiento. No le tengas miedo a las derrotas. Cuando te derriban, cuando te cortan en pedazos, cuando te desmenuzan, es cuando llegas a ser poderoso. Mientras tanto, el hombre que se rinde a la apariencia de las cosas y sigue la corriente de este mundo, florecerá rápidamente, tendrá una prosperidad momentánea y luego, su fin, fin que será definitivo. (Beecher).
Mide tu vida por las perdidas, no por las ganancias. No la midas por la cantidad que has bebido, sino por lo que has derramado. Porque la fuerza del amor está en el sacrificio de amor, y el que más sufre tiene más que dar.
Familia Vega Barbieri
Misión Norte - Celula Calle 64